sábado, 31 de julio de 2010

Il tuo vizio è una stanza chiusa e solo io ne ho la chiave (Sergio Martino, 1972)

Título internacional: Your Vice is a Locked Room and Only I Have the Key
Origen: Italia
Duración: 96 minutos
Guión: Adriano Bolzoni, Ernesto Gastaldi, Sauro Scavolini
Fotografía: Giancarlo Ferrando
Montaje: Attilio Vincioni
Música: Bruno Nicolai
Producción: Luciano Martino
Elenco: Anita Strindberg, Luigi Pistilli, Edwige Fenech, Ivan Rassimov, Franco Nebbia
Link de descarga (película y extras)
Subtítulos en castellano (sólo de la película, los extras vienen con subs en inglés)
Entrada en imdb

Puntaje: 10


 

Se supone que este es el menos logrado de los cinco gialli realizados por Sergio Martino entre 1971 y 1973. Y hay consenso de que el mejor de todos es Torso, realizada un año después que Tu vicio es una habitación cerrada y sólo yo tengo la llave (el mejor título de la historia del cine, claro está). En mi opinión, Tu vicio... es el mejor de todos ellos, seguido de muy cerca por Todos los colores de la oscuridad, que no es estrictamente un giallo, pero tiene muchas de las características estéticas y narrativas de aquel subgénero (y al elenco casi estable de los gialli de Martino). Torso, en cambio, y si bien la vi una sola vez, me parece la menos buena de todas estas películas, pero igualmente se vuelve inolvidable gracias a su última media hora, toda una lección de climas que viene a prefigurar los terrores americanos de fines de los setenta y buena parte de los ochenta. De hecho, tampoco Torso es un giallo propiamente dicho -es más bien uno de los primeros intentos de slasher movie, de ahí eso que digo de que prefigura el cine de años posteriores-, pero ocurre lo mismo que con Todos los colores.... Igualmente, mi favorita de todas las películas que vi hasta ahora de Martino es su regreso al subgénero de los asesinos misteriosos vestidos de negro en 1975: Muerte sospechosa de una menor. La particularidad de esa película es que se trata de una comedia disparatada. Sí, Muerte sospechosa de una menor es la Top Secret, la ¿...Y dónde está el piloto? del giallo. Pero bueno, ya hablaré de todas estas películas, así que vayamos a la que nos ocupa.

Como suele pasar en sus películas, Martino utiliza el giallo de forma totalmente lateral. Es claro que ni a él ni a los guionistas (entre ellos Ernesto Gastaldi, uno de los mejores de la historia) les interesa demasiado la fórmula y estructura giallística, y así, la identidad del asesino se descubre a la mitad de la película, como sacándoselo del camino para girar la atención a lo que realmente importa. Algo similar sucedía en el primer giallo de Martino, El extraño vicio de la Señora Wardh. Obviamente, lo que realmente importa aquí son los personajes y su historia, anclada en el terror gótico (ahí está Edgar Allan Poe en los créditos; la película dice estar basada en El gato negro pero también tiene elementos de varios otros cuentos de Poe) aunque con un aggiornamiento en los conflictos para que éstos sean acordes a la época, y con una alta cuota de melodrama.

Tu vicio... es una película terrible repleta de personajes terribles. Ya desde la primera escena se nos presenta al personaje de Oliviero, un escritor en decadencia, como un verdadero hijo de puta y un sádico de aquellos. Oliviero vive recluido junto a su sometida mujer Irina (Anita Strindberg) en una casona de un pueblito de provincias. Cada tanto, el hombre invita a un grupo de hippies de una comuna cercana a fiestas que suelen terminar en orgías. En dicha primera escena, que transcurre durante una de estas reuniones, Irina no quiere tomar vino, a lo que el hombre responde haciéndola tomarlo de prepo, tirándola al suelo y abusando de ella frente a todos los presentes. También hace lo propio con su mucama.

Por supuesto, la película muestra los comportamientos de Oliviero como aberrantes, pero Martino no utiliza a este personaje para bajar línea moralista. No está en contra de las orgías que se arman allí ni se preocupa demasiado por las infidelidades en la pareja. Acostumbrados como estamos al típico moralismo patriarcal del cine de terror, las películas de Martino sorprenden al mostrar personajes en parejas abiertas, sin demasiados problemas a la hora de ir a los bifes con quien sea. Muchos califican a estas películas de misóginas, pero no creo que sea el caso. Si bien vemos a Irina sufrir todo tipo de abusos y maltratos, cuando ella se acuesta con Floriana (la hermosa Edwige Fenech), sobrina de Oliviero que llega de visita, vive su momento de felicidad. Para este personaje, el sexo (el bueno, no el forzado), es la salvación. Es raro ver algo así en una supuesta exploitation movie.

Lo que nos lleva otra equivocación que, creo, suele existir cuando se habla de misoginia en el cine. El personaje de Floriana, si bien por un momento viene a ser la salvación de Irina, es casi tan hija de puta como su tío, con quien también se acuesta (Oliviero también tenía sexo con su propia madre). Es una femme fatale con todas las letras: es manipuladora, mezquina, ambiciosa. Y muchos suelen ver a las femme fatales como resultado de una concepción misógina del mundo femenino, debido a sus cualidades negativas. Se lo hace con el film noir y, por ejemplo, con el personaje de Sharon Stone en Bajos instintos. Si me preguntan a mí, esto quiere decir que, para cierta gente, las mujeres en el cine deben ser tratadas de forma “especial”, políticamente correcta. Y la corrección política siempre suele jugar en contra, ya que al exigir un trato especial para con un grupo en específico, es ahí mismo donde se hace la diferencia. Por tanto, en estos casos, quienes terminan incurriendo en la misoginia son los mismos que la denuncian. Lo importante es que suele tratarse de personajes fuertes, con determinaciones, y no creo que haya nada más lejano de la misoginia que eso.

Pero basta de géneros y vayamos a los géneros. Cinematográficos, claro está. Como dije, la película elude al giallo en cuanto puede. Pero eso no quiere decir que, cuando aparece, no se le preste atención. Los asesinatos están filmados y coreografiados con la maestría y creatividad propias de Martino, y la película mantiene un suspenso sostenido hasta su excelente y perturbador final. Que se aleje de la trama policial no quiere decir que se aleje de los géneros; la película, mientras nos machaca con su melodrama exacerbado (y no, no estoy siendo redundante; estoy potenciando nomás), nos asusta en todo momento. Y la culpa de esto la tiene el maldito gato que justifica la adaptación del cuento de Poe, un ser más desagradable y malvado que todos los personajes humanos juntos, y que atormenta a Irina aún más que su marido. Hay que sacarse el sombrero frente a este gato actor, porque la verdad es que lo que hace aquí es tremendo. Un bicho enorme, gigantesco que es pura maldad, y que se la pasa haciendo esos espantosos y aterradores ruidos que suelen hacer los gatos cuando están en celo. Encima, se llama Satán.

Trailer no oficial: